¿Que frontera?
Con Brasil, seria la respuesta esperada.
¿Pero...que fronteras tiene Oberá?
Me preguntaba mientras caminaba por las calles empedradas.
No lo sabria decir. Solo la gente de un lugar sabe de sus fronteras. Muchas veces es difícil verlas o reconocerlas...pero están.
Por eso senti siempre, desde que conozco, que La murga del Monte es un lugar sin fronteras. Sin fronteras de clases sociales, de edades, de experiéncias, de géneros, de colores de piel...por esa razón es un lugar tan rico. Su riqueza reside en su esencia. Y eso lo saben y lo tienen bien atesorado.
El viernes después de mi función allá lo pude comprobar. Primero en la recepción del público, después en el cariño con que me esperaban a la salida - muchos se quedaron ahi, charlando entre ellos cosas de ellos, cosas que les generaron la obra, cosas de la vida....- donde se generaron muchos lindos encuentros. En uno de ellos, una persona me dice: "Grávida en portugués hace juego con grave. En español embarazada hace juego con situación embarazosa. ¿Te dás cuenta? Lo que genera la vida misma está relacionado, en un idioma con algo muy grave, en otro idioma con la verguenza...¿Como puede ser? Me quedé helada. La verdad es que no me habia dado cuenta de ese detalle, de un asunto tan presente en mi obra. La palabra tiene un peso muy grande....
Ni la lluvia, ni los truenos, los rayos de la selva misionera impidieron la gente de Oberá de concurrir a ver a El Mapa de Mi Mundo el viernes...seguro sabian que era el mapa del mundo de qualquiera de nosotros.
